JULIO ALBERTO MUHANA
Nació en la provincia de Córdoba (Argentina) el 30 de abril de 1946. Es casado y padre de dos hijas. De profesión Ingeniero Electrónico, a la que también sumó la docencia.
Campeón del Colegio Monserrat en el año 1964, ocupó también el 1° tablero de ese establecimiento en la Olimpíadas Estudiantiles. En los años 1965 y 1966 se clasifica campeón de la Universidad Católica, a la que también representó en torneos interuniversitarios.
Su intensa actividad profesional le impidió jugar más frecuentemente ajedrez «frente al tablero». Se ha visto circunscripto a intervenir en diferentes ediciones de los prestigiosos torneos abiertos «Centro de la República», la clásica prueba organizada por la Federación provincial, con resultados variados.
Para conocerlo, reproducimos un reportaje efectuado por el IM Raúl Grosso, algunos años atrás, después de abandonar la práctica epistolar:
– ¿Cómo fue su inicio en el postal?
— Comencé en el año 1969, prácticamente por accidente, porque me encontraba haciendo reposo por una hepatitis y en esos momentos cayó en mis manos una revista especializada que me hizo entusiasmar. Ese año formalicé mi inscripción en la preliminar del 2° Campeonato Latinoamericano Individual organizado por C.A.D.A.P.; me clasifiqué para la semifinal y luego tuve la fortuna de ganar la final. Esta fase, que terminó en 1977, me dió el título de Maestro Latinoamericano y me habilitó para jugar directamente la final del Campeonato del Mundo de ICCF.
– ¿Qué diferencia existe con el postal?
— Salvo muy pocas veces con los amigos, no juego «vis a vis», ya que me gusta tener mucho tiempo para analizar. La tarea de laboratorio, para profundizar en cada una de las posiciones que se presentan, hace elevar el ingenio creador(!). En cambio, cuando hay un tiempo limitado para encontrar la jugada o el plan, existen más posibilidades de fracasar en la realización de una buena producción.
Además, el ajedrez epistolar me permitió seguir progresando en casa, algo que no hubiera podido efectuar de otra manera porque mis múltiples ocupaciones como docente universitario y en colegios técnicos no me dejan tiempo para dedicarme al ajedrez y a otros deportes como el tenis, el ping-pong, el voley, el fútbol y el basquet. No obstante, durante los fines de semana siempre los practico y, muchas veces, entre un partido de tenis y otro, también «movemos las maderitas» que tanto nos atrapan.
– ¿Consulta libros o a otros jugadores?
— Por supuesto que sí, pero según mi punto de vista, la consulta de los libros no debe hacerse para seguir textualmente la partida, sino buscar ideas y luego enriquecerlas con análisis propios. Lo mismo puede suceder con las consultas a los amigos. A veces uno muestra sus partidas en ruedas de café, observa lo que sugieren los ocasionales analistas, pero en definitiva es uno quien decide sobre el plan y la jugada a realizar.
– ¿Le gusta «trabajar» mucho cada partida?
— Sí. Me encanta investigar, buscar un plan general y llevarlo a cabo. No me interesa seguir mucho las partidas de los libros y por eso en plena apertura me gusta innovar. Por esta razón nunca jugué más de 40 partidas simultáneamente.
– ¿Qué consejo les daría a los teleajedrecistas?
— A todos, inclusive a los que recién comienzan y tienen un nivel bajo le digo que tienen que hacer laboratorio, desconfiar de las jugadas naturales y mucha dedicación.
– Por último, ¿quién fue su maestro y que torneos está jugando actualmente?.
— Quien más me enseñó y a quien admiro profundamente es a Julio César Saadi, con quien algunas veces nos juntamos para hacer alguna partidita o para analizar alguna posición en particular.
En cuanto a la segunda parte de la pregunta, tengo que decirle que lamentablemente no estoy participando en ninguno.
– Me sorprende, ¿porqué?
— Principalmente por la innumerables ocupaciones que tengo. Pero también influyeron bastante algunas irregularidades que comencé a observar en la dirigencia. En especial sobre el tratamiento que le dieron a mi reclamo sobre la partida que le adjudicaron a mi rival K.H.Maeder y que, según mis extensos análisis enviados al Director del Torneo, era tablas. De esta manera, yo habría mejorado aún más mi clasificación en la final del 10° Campeonato Mundial con siete partidas ganadas, dos tablas y seis perdidas, más del 60% del puntaje. Es oportuno destacar que el ganador Palciauskas consiguió 11.5, seguido por Morgado (también perjudicado por otro fallo injusto) con 10.5
Teleajedrez
Debuta en las preliminares (grupo 28, 1969/71) del II. Zonal Latinoamericano, donde concluye segundo (+7, =0, -1) de Abraham Raúl Ramírez (ARG, 8). También sortea las semifinales (1971/3), imponiéndose invicto en el grupo 5, con 8 victorias y 3 empates. En 1973 comienza la Final de este evento que promete un premio irresistible: una vacante en el próximo Campeonato Mundial ICCF. A cabo de 4 años de competencia, Muhana se consagra Campeón Latinoamericano invicto por ajustado margen -unas décimas en el sistema de desempate S.B., lo separan de Morgado- con 7 triunfos y 3 tablas.
Unos meses antes, para festejar el décimo año de vida, CADAP organiza el I. Torneo de las Américas (1977/80) que reúne a participantes de origen latinoamericano, canadiense y estadounidense. El título queda en esta oportunidad en manos de Morgado (10.5), ahora beneficiado por el SB, que relega a da Nóbrega (BRA). Muhana concluye en el sexto peldaño con 8.5 (+7, =3, -4).
En forma paralela afronta el X. Campeonato Mundial (1978/84), donde acumulará 8 puntos, compartiendo el 7/9° lugar.
En 1982, será premiado con el título de Maestro Internacional ICCF.
Que un ajedrecista con tanto talento e iniciando una carrera ascendente muy promisoria, la tronchara con su voluntario alejamiento fue una verdadera pena. Sus envidiables condiciones técnicas le hubieran permitido en poco tiempo más ingresar al selecto grupo de elite del ajedrez epistolar.
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(NdA: no he podido contactar al IM Muhana y entonces recurrí a mi archivo para rescatar este reportaje. Por su contenido es fácil deducir que corresponde a principios de los «90. He querido reproducirlo textualmente para recordar con nostalgia los procederes de aquellos tiempos).
Juan Carlos Pérez Rodríguez