CADAP – 50 (Nota IV) por Juan Carlos Pérez Rodríguez

X. REVES

 

En la reunión de la Junta Directiva de L.A.D.A.C. del 29 de octubre de 1959, se resuelve poner a la consideración general la sugestión de formar …. «la Liga Americana de Ajedrez por Correspondencia»  …  a  fin de  …. «difundir el ajedrez en la República Argentina y en los demás países de este hemisferio».

Sin embargo los socios muestran su indiferencia por este proyecto.  Sobre un padrón de 430 afiliados se reciben 127 votos: 78 (62%) por el SI (se necesitaban 2/3 del total para aprobarlo, es decir 287), 44 por el NO, 2 abstenciones y 3 anulados.  Importante revés si se lo compara con el resultado de otro punto del temario: organizar un torneo Latinoamericano individual y otro por equipos; que arroja los siguientes guarismos: 113 (90%) afirmativos, 5 negativos, 6 inhibidos y 3 invalidados.

En su congregación del 20 de febrero de 1960, en la que asume la nueva conducción de la Liga, ahora presidida por Arturo Loeffler, resuelven que L.A.D.A.C. no cambia de jurisdicción.

 

 

XI. INTEGRACION

 

En agosto de 1960 comienza el anunciado certamen latinoamericano en que participan 65 argentinos y 21 jugadores de otros siete países.  A fines de ese año, Ivo Salas (nuevo Director de Torneos) lanza el primer grupo internacional (al año siguiente hará tres más) con seis concursantes de otras tantas naciones, alterando la norma empleada hasta entonces, consistente en que el número de extranjeros no superara el 33%.

En 1961 el maestro Luis Palau, director de la revista «Ajedrez» interesa a los directivos de la empresa editora Sopena Argentina, para patrocinar un Panamericano individual, ofreciendo a L.A.D.A.C. su organización.  Se alcanza el número de 280 inscriptos de 13 nacionalidades, Al cabo de tres años de competencia se impone el argentino Roberto García Turiella, siendo escoltado por el uruguayo Dante Díaz y el colombiano Wilder Peláez Martínez.

 

 

XII.  INTENTO

 

Si bien los éxitos deportivos, un eficiente equipo de directores de torneos y una envidiable revista eran motivo de orgullo para las autoridades de L.A.D.A.C., no por ello ocultan su preocupación en el tema económico, que pone en peligro la vida de la Liga.

El balance de 1960 arroja un importante déficit, los que no cesan de incrementarse en los siguientes ejercicios contables.  Naturalmente, esto no se debe a un manejo negligente sinó más bien bohemio.  Se continúa con la política que es el lema de la entidad: «Siempre en favor de la mayor difusión del ajedrez», lo que lleva a remitir los boletines a socios que adeudan varios años de una prorrata que apenas cubre los costos.

Esto lleva a Salas a volver a poner sobre el tapete la propuesta de su predecesor José Gay con el fin de superar la crisis, para que se abandone aquella generosa política y se adopte un más frío criterio comercial en el manejo, temperamento que es rechazado por el resto de la Junta Directiva.

 

(continuará ….)

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