LGM LILIANA FREDES

Ochenta y tres jugadoras han recibido el título de Gran Maestra Femenina ICCF, tres de las cuales son oriundas del continente americano: la brasilera Iluska Pereira da Cunha Simonsen, que fue la primera en el 2000; seguida por la cubana María de los Angeles Ynchauspi Leyva (2008) y la argentina Liliana Susana Fredes de Locio (2010).  Precisamente a esta última ofrendamos este trabajo. 

                    
       Liliana nace en Buenos Aires el 19 de abril de 1953.  De profesión abogada, es casada y tiene tres hijos.       

Preguntada como fueron sus comienzos en el juego ciencia, relata que … «aprendí a jugar con mi padre a los siete años, pero por distintos motivos mi actividad no trascendió el ámbito familiar hasta que en el año 1978 -motivada por la Olimpíada FIDE que se disputó en Buenos Aires- tomé clases con el maestro Juan Carlos Hase.  Al año siguiente jugué el torneo de 4° categoría en la «Biblioteca Mariano Moreno», continuando mi práctica en la provincia de La Pampa, donde me trasladé en 1980, iniciándome como profesora de ajedrez escolar en la ciudad de General Acha, donde residía».       

«En 1981 ya revistaba en 1° categoría de la Federación local, a la que representé en dos finales del Campeonato Argentino Femenino y en uno por equipos».       «Por ese entonces comencé a jugar en LADAC (Liga Argentina de Ajedrez por Correspondencia), en un torneo de 2° categoría, que gané con el 100% de los puntos».                 Se inscribe al año siguiente en dos más y otros tantos en 1983, sumando alrededor del 80% del score ideal.  Paralelamente se anota en los torneos temáticos para pulir distintas líneas de juego.         

Participa en el I.Campeonato Argentino Femenino por correspondencia (1983/5), donde gana las nueve partidas programadas.  Con este pergamino, representa al país en la semifinal (1985/92) del V. Campeonato Mundial Femenino, compartiendo un expectante 6/7° lugar (+7, =1, -4).  En la siguiente edición (1993/02) alcanza el objetivo de obtener el pasaporte a la final, tras igualar el 3/4° puesto (+10, =1, -3).         Simultáneamente retiene la corona nacional en el II. (1997/9, con +10, =2, -0) y III. (1998/00, +9, =1, -0) campeonato, e integra el equipo de la Liga en las semifinales (1997/03) de la VI. Olimpíada Femenina ICCF, como primer tablero, ubicándose 3/4° con +3, =3, -1; presencia que repetirá en las dos siguientes.
          Una labor por demás meritoria cumple en la Final (2000/5) del VI. Campeonato Mundial Femenino (+5, =4, -3), donde se estaciona en el 6/7° lugar (estaba preclasificada  10°), premiándosela con el título de Maestra Internacional (necesitaba 4,5 puntos) y norma de LGM (7).  Para dimensionar esta gesta baste sólo con mencionar que derrotó a las tres primeras  (Kristol, Priedite y Mozná, todas LGM) del campeonato inmediato anterior e igualó con la nueva monarca y su escolta (Riegler y Zelcic) de éste.          El diploma de Gran Maestra lo completa con dos eventos disputados entre 2008 y 2010: el Interzonal ICCF (8° tablero, +2, =8, -0) y la semifinal del XXII.Zonal Latinoamericano (+3, =8, -3).  Esta alegría no se vé coronada con el acceso a un nuevo Campeonato Mundial.  En la semifinal (2008/10) del IX. termina en el umbral: 3/4° con +5, =2, -2.Tras otro fallido intento en el siguiente, en 2012 pone punto final a una brillante carrera que la sitúa como la mejor teleajedrecista argentina de todos los tiempos.
          «El ajedrez es una actividad que insume mucho tiempo -revela-, siendo un desafío poder asumirlo plenamente para la mujer que a la vez de ajedrecista es esposa, madre y profesional.  Empero he logrado que mis tres hijos lo adoptaran familiarmente, dándome mucha alegría la posibilidad de jugar con ellos; también con mi esposo (es funcionario judicial), siendo para ambos una pasión compartida».            Y una reflexión final. «Esta es una actividad en que la mujer puede participar en igualdad de condiciones que el hombre y por ese motivo debe ser apoyada; aunque mi experiencia indica que por correspondencia -y mucho más en vivo- es difícil en muchas ocasiones que un caballero acepte perder ante una dama.»

Juan Carlos Pérez Rodríguez

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