Reportaje a Marcelo Cabrera por Juan Pérez

– Aprecio se presente ante nuestros lectores

Nací en San Martín (Provincia de Buenos Aires) el 19 de noviembre de 1962. Tengo 54 años. Vivo de en Bella Vista (San Miguel, Buenos Aires), por lo tanto este es mi pueblo. Casado con Claudia desde hace 26, dos hijos Juan Bautista de 17 años y María del Rosario de 15 (ambos tenistas y estudiantes secundarios). Mi tiempo se reparte entre mis obligaciones laborales, sociales, deportivas, políticas y familiares. Soy Licenciado en Administración graduado en la Universidad de Buenos Aires y docente. Empecé en la docencia en el Colegio Nacional de Buenos Aires cuando tenía 18 años (1981) y hace 23 años fundé un colegio oficial de gestión privada en mi localidad (Bella Vista) denominado Instituto Manuel Dorrego del que soy propietario administrador y docente de Economía entre otras materias afines. Tenemos nivel inicial (Jardín de Infantes), Primaria y Secundaria y está localizado en un barrio humilde por lo que nuestra población escolar está compuesta principalmente por gente trabajadora. También he desempeñado por casi 20 años la docencia universitaria en la Universidad de Morón en cátedras de administración y de planificación de sistemas en diversas instituciones (Trabajo de Campo). He ocupado cargos públicos como Consejero Escolar de San Miguel, electo por voto popular y también como asesor legislativo. En el Estado desempeñé funciones ejecutivas tales como Director de Sistemas y Director de Presupuestos en municipios del norte del Gran Buenos Aires. Otra parte de mi tiempo está dedicada al club de mi infancia y de la de mis hijos, el Club Atlético y Social Bella Vista, donde tengo el honor de pertenecer a la Comisión Directiva por voto de los socios. Una Institución casi centenaria (este año cumple su 97 aniversario), con una economía en problemas que laboriosamente estamos saneando con los consocios. El nuestro es un fuerte club de Voley, donde también se practica basquet, tenis, hockey femenino, futbol infantil, karate y un sin fin de actividades culturales. Personalmente soy amante del tenis pero los años obligan a buscar variantes y el golf, debo reconocer, me ha cautivado.

– ¿Cuando se relacionó con el juego ciencia?

Comencé a maltratar las piezas a los 8 años durante una hepatitis de la mano de mi padre. Lo practiqué como un juego hasta 1976 (tenía 13 años). Para ese momento había comenzado a leer y le ganaba a mi viejo que no quería jugar conmigo.Un tío me invitó al Círculo de Ajedrez de San Martín (yo ya vivía en Bella Vista) y aún no se había fundado el Najdorf de Polvorines. Recuerdo que para medirme me hicieron un match con el campeón de la 4ta.  ( Gané una de las partidas una miniatura de la Ruy López que recuerdo con cariño) y en aquel entonces me dijeron: «pibe, jugá los abiertos, y cadetes, por categoría no te sirve».Así fue. Fui campeón Cadete de FANEBA (Federación de Ajedrez del Noreste de Buenos Aires) una federación hoy extinta pero importante en aquel entonces. Clasifiqué a finales nacionales. Una época dura en la categoría, donde competían Marcelo Tempone (Campeón Mundial de Cadetes) y Rodolfo Garbarino un fenómeno.Empezó la facultad, el trabajo, el compromiso político contra la dictadura y buehhh. El ajedrez hubo que dejarlo como al cigarrillo, ya que te absorbe.

– ¿Y como volvió?

En 2004 mi hijo empieza a jugar infantiles, es finalista sub 8 o sub 10, no recuerdo, pero con la coincidencia que su «rival» de categoría en infantiles terminó siendo campeón mundial de cadetes. Le pasó lo que al padre. Mi hijo optó por el tenis y colgó los trebejos.Yo no tenía tiempo para recuperar la visión de tablero para jugar competitivamente ajedrez presencial (OTB), así que opté por la modalidad postal que me daba tiempo para estudiar las jugadas y minimizaba el «stress» que no quería padecer ya que lo había sufrido de joven.Así empece a jugar torneos en LADAC e ICCF. Reconozco haber tenido una ventaja competitiva. Habiendo sido un jugador presencial con alguna experiencia y tener un buen manejo de sistemas logré entender el postal moderno como «un deporte motor». Somos pilotos de una máquina y tenemos que saber conjugarlos. Así, humildemente obtuve una «performance» muy favorable en postal.Gané todos los torneos donde participé y nunca perdí un partido. Obtuve un rendimiento del 75%, es decir, gané la mitad de las partidas y empaté la mitad. Jugué en LADAC un torneo de ascenso. Jugué en ICCF uno de los iniciales, uno Latinoamericano donde obtuve el título de «maestro Latinoamericano» por lo que LADAC me otorgó el título de «Maestro Nacional» y finalmente gané la final del XXI. Zonal Latinoamericano de CADAP para clasificar para la final mundial. En ese momento me informan que por alguna reglamentación que yo desconocía el nivel del torneo de CADAP (por el promedio de ELO de los participantes) no me clasificaba para la final sino para la semifinal. La verdad es que me molestó porque el año anterior había ganado con mi equipo el ascenso en el mundial de equipos de ICCF de categoría D a C y resulta que al año siguiente anularon la categoría D y todos arrancábamos en la C. ¿Para qué trabajar con un equipo para ganarle incluso a la escuela de Ajedrez de Riga si no habíamos avanzado ni un escaque?. Esto se sumó a mis muchas ocupaciones y decidí dejar el ajedrez postal por el golf. Fue una interesante experiencia de deporte motor y un modo de acompañar a mi hijo pequeño cuando jugaba OTB (presencial).

– ¿Qué partida suya nos recomienda repasar del XXI: Zonal?

Una de las que más me divirtió fue una Vienesa con Domancich, la variante Frankenstein Drácula en la final del Latinoamericano. Nunca pensé que se podría hacer prácticamente una miniatura en Postal. Después hay partidas de mucho trabajo técnico no tan vistosas pero si teóricas.

– ¿Cómo nos definiría su estilo de juego?

En verdad no sabría definir mi estilo de juego. Pretende ser muy agresivo desde el comienzo pero más que en lo táctico en lo estratégico. Es decir, si bien me fascina el “juego bonito” con picardías tácticas, muchas veces llama la cautela de cuidar el punto y entonces termino promediando en mi cabeza un estilo agresivo en lo estratégico. Búsqueda rápida de iniciativa, transitar por esquemas experimentados por mi donde me sienta confiado y con recursos. Entender la posición, cosa que a veces no es tan fácil.Todo esto me llevó a construir un repertorio de aperturas muy vinculado a mi búsqueda y de variantes relativamente heterodoxas para incomodar a mi rival en aquellas aperturas donde yo no me siento a gusto.De muchacho era definitivamente fanático del Gambito de Rey, de la Ruy López y ocasionalmente del Gambito de  Dama Ortodoxo con blancas. Con negras como defensa a Peón Rey siempre, aún hoy mantengo mi romance con la Siciliana Variante Paulsen Con De7. Contra Peón Dama varío según mi rival, me gusta algunas líneas de la Nimzoindia o transponer según convenga y en ocasiones el Gambito Budapest me divierte mucho porque tiene más temas estratégicos de lo que parece.

– ¿El uso de programas afecta o beneficia al ajedrez postal?

Ya te comenté que mi acercamiento a la modalidad postal se relacionó mucho con acompañar a mi hijo en sus inicios en el ajedrez tradicional, pero al poco de jugarlo me cautivó ya que encontré algo que no conocía.Un “deporte motor” por llamarlo de alguna manera. Sé que hay muchos detractores del uso de computadoras para el análisis e investigación en Ajedrez Postal, pero es imposible parar el viento con las manos. Es una realidad que se ha impuesto.Creo en verdad que nuestra Liga se debería reconvertir camino a una nueva modalidad que podríamos llamar “teleajedrez” que incluya una página para jugar ajedrez blitz con ELO federativo y homologar ese ELO Blitz de “teleajedrez” con un porcentaje de partidas blitz presenciales. Es decir llevarlo a una suerte de “mix” que valore las partidas jugadas en un portal de ajedrez propio. Otra variante que en mi humilde entender debería incluirse es la de computadora contra computadora como tiene Chessbase. En lo que hace a nuestra especialidad, el uso de medios computarizados no van en contra del juego. He notado que los diversos motores (Rybka, Hiarcs, Fritz, Etc) tienen profundas diferencias entre ellos y la intuición humana tiene un valor incalculable. Es como correr en auto: no ganás por tener el mejor auto si no sos buen piloto. Por ejemplo en las aperturas, dado el horizonte de análisis, los motores son obviamente reemplazados por los árboles de aperturas que requieren una ardua tarea de investigación del jugador “piloto” para usarlos con criterio, ya que los porcentajes de efectividad que ofrecen también están “distorsionados” por el nivel de los jugadores sobre la base que se construye el árbol. En muchas otras situaciones el “ojo humano” es invalorable: en cuestiones estratégicas tales como la opción de presentar juego de enroques opuestos, en cuestiones referidas a columnas abiertas o incluso sacrificios posicionales. Creo que para que la modalidad asumiese como un “deporte motor” debería incluir las alternativas que te mencionaba.  Sería importante y la revitalizaría, no solo atrayendo más jugadores, sino que abriría las puertas a sponsors tanto de las páginas web donde se juegue como a las federaciones o jugadores, ya que sería de interés -por ejemplo para las empresas de informática- “vender” computadoras que son las que usa el campeón Nacional o Mundial de “teleajedrez”.

– ¿ Cómo se preparó para jugar el Zonal?

En cuanto a mi preparación, fundamentalmente para la final del XXI Zonal latinoamericano de CADAP  consistió en dedicar al menos dos PC a mis análisis, conseguir variados motores, bases de datos y árboles de aperturas. En materia de aperturas traté de jugar con el criterio que te señalaba, de “agresividad estratégica”. Es decir, aperturas que conociese bastante, me sintiese cómodo y en lo posible me ayudasen a inducir al rival al error de evaluación. Por ejemplo, jugué al menos una partida en la Final Latinoamericana y al menos un par más del Sistema Catalán Abierto con negras. Es decir aceptar el “sacrificio” o gambito que realiza el blanco y tratar de mantener el peón de ventaja sostenido en la idea que el sacrificio de un peón es para acelerar el desarrollo en tiempos, concepto que el mismo blanco pone en dudas cuando pierde tiempos “fianchettandose” en el flanco Rey ya que peón a “g2” y luego el Alfil parece lento para quien busca ganar tiempos. Te tomo el peón y trato de mantenerlo. Demostrame que vale la pena tu sacrificio. Honestamente no me dio mal resultado. La Paulsen estaba casi refutada pero conseguí en varias ocasiones luego de trabajar duras estructuras erizo, contrajuego en el flanco dama, salvo la partida con Díaz que comento más adelante que si me hizo transpirar. Con blancas siempre tuve preferencia por Peón Rey. Particularmente por la Apertura Española y el Gambito de Rey. La partida que  jugué con blancas con Domancich quiso ser una Vienesa y con suerte transponer en alguna línea del Gambito de Rey, pero mi rival, supongo que creyendo que yo optaría por el Gambito Santasiere (había jugado torneos temáticos con buen resultado) me permitió llegar a una disyuntiva, o Santasiere (no me gustaba) o la Variante Frankenstein – Drácula que es increíblemente apasionante. Justamente en esas épocas había comprado un libro por e-bay Estados Unidos sobre esa línea, plagada de “chistes” tácticos.Si se me permite aconsejar algo… Por ejemplo nunca me resultó cómodo jugar Defensa Francesa, menos con blancas, así que hace tiempo que transpongo con Ataque Indio de Rey que estratégicamente y e incluso tácticamente entiendo mejor y creo que a quien propone un juego francés no le resulta tan cómodo encontrarse de buenas a primeras en un juego Indio.Continuando con la preparación del torneo, con una PC analizaba la partida que estaba trabajando en ese momento y con la otra simulaba esa misma partida con variados motores y a diferentes ritmos de juego, pero generando muchas paridas posibles a partir de la posición que estaba jugando. Es decir mis módulos fabricaban decenas de partidas posibles o futuros rumbos posibles que podría tener mi partida.  Asombrosamente no siempre los resultados eran “matemáticamente similares” y aparecía escenarios futuros que te “gustaban” como para orientar el juego hacia ellos. Estructuras de peones favorables, etc. Para ejemplificar con una partida de este torneo, cuando me cruzo con Sergio Díaz, Campeón Argentino, juego mi vieja Paulsen y en determinado momento  -creo que por primera vez-  sentí que si no “encontraba algo” perdía. Me quedé largo tiempo mirando el tablero en mi computadora y encontré que era posible llegar a encaminar el juego a un final de alfiles de distinto color con peón de menos, cosa que me garantiza las tablas y me parecía buen negocio.Empecé a trabajar esa línea, la de sacrificar un peón en búsqueda de ese medio punto y creo haber simulado la partida más de 50 veces y siempre era tablas, por más que las evaluaciones previas de los motores me daban en leve desventaja. Seguí esa línea y luego de unas 15 o 20 jugadas, Díaz me ofrecía tablas. Misión cumplida. Digamos que imaginé la estrategia y forcé a los motores a ver lo que yo quería que analicen no lo que ellos ponderaban mejor. Por eso estoy convencido que la modalidad no muere por las máquinas. Ofrecemos al jugador de ajedrez presencial OTB (On table Board) partidas más precisas, libres de errores groseros de cálculo o presiones del reloj para enriquecer la teoría del ajedrez. Competimos e investigamos.

(Nota del Editor: Para revisar este archivo necesitan Chessbase u otro programa que pueda abrir archivos PGN en su computadora)

notaCabrera

Te adjunto cuatro partidas que ilustran el tema conversado, analizadas con Rybka 3 y algunos comentarios personales e incluso mechadas algunas alternativas que jugué en otras ocasiones en postal en una base compactada de chessbase y te mando en otra base mi archivo de evaluación de la partida con Díaz, con múltiples motores (es la primera partida de esa base),  y algunas de las simulaciones que realicé para evaluar el sacrificio de peón buscando tabla Busco de este modo poner un ejemplo de mi método de trabajo, además de hablar solo y caminar por las paredes….Obviamente notarás y noto yo personalmente que me extendí mucho más de lo esperado, pero como docente me apasiona explicar procesos de trabajo que hace algunos años noté que incluso ajedrecistas de primera línea no manejaban con claridad en la relación entre “nuestro deporte del pensamiento” y el nuevo mundo de la tecnología informática.

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